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sábado, marzo 8

La fantasía de Clara

Clara estaba ausente en el sofá de casa. Miraba al dia aburrida, la luz gris y pálida que se adentraba en la habitación era incapaz de obsequiarla con pensamiento alguno. Se levantó y abrió el armario. No le costó mucho encontrar algo cómodo que ponerse para salir de casa. Mientras atravesaba el portal, llamó a su amiga Eva...

- Hola cariño, estoy aburrida y me agobia continuar en casa ¿que haces?
- Acabo de trabajar a las ocho, pero si quieres puedes venir a verme. Te guardo una cosita

Eva trabaja en la planta de mujer del Corte Inglés de Diagonal, y tiene una debilidad... los probadores sórdidos y funcionales.

Clara se adentró escaleras abajo en el metro. Mientras sonó el teléfono...

- Clara?
- Holaaa David, que sopresa!!
- Hace tiempo que no se nada de tí... ¿que haces? ¿tomamos un café?
- Verás, he quedado con Eva ¿te acuerdas de ella? Voy a buscarla a su trabajo
- Si claro.. .¿quien es capaz de olvidarse de tu amiga? Ya sabes que me acelera el pulso..
- Jajajaja... Anda liante, acompañame y tomamos ese café con ella. Te espero en la puerta del Corte Inglés de Diagonal, no tardes.

Subieron por las escaleras mecánicas. David se colocó detrás de Clara mirándo su estupendo culo con desfachatez. Clara sonreía, imaginana sus ojos urgando en busca de una cálida respuesta, de un guiño desafiante... se giró y le sonrió burlonamente.

Allí estaba Eva, atendiendo a una señora que parloteba sin parar enfundada en un espantoso y estridente carmín. Levantó la vista y vió como se acercaban Clara y David, él a pocos pasos detrás... ella desafiante y decidida. El corazón de Eva comenzó a latir con fuerza, de repente sus palabras eran incapaces de atinar en la conversación de aquella mujer... y la resolvió diciendole que no quedaban tallas de aquel espantoso sujetador verde.

- Hola Clara... ¿y este de donde sale?
- Hola Eva ¿te sorprendes de verme?
- Me sorprende que no me hayas vuelto a llamar y aparezcas aqui con Clara.

Clara cogió el conjunto negro de blonda que le guaradaba Eva e invitó a David con su mirada a acompañarla hasta el probador. Eva le dijo con voz dulce y visiblemente excitada por la situación:

- Si no es tu talla, dimelo y te la cambio.

Cerraron la puerta. Eva no hacía mas que mirar hacia el pasillo de los probadores, pero era como si la falta de aire que ella comenzaba a sentir hubiese ahogado cualquier sonido mas allá de aquella fina puerta.

Se acercó y golpeó suavemente con los nudillos. Una compañera suya pasó al lado. Temblaba. Si se adentraba en aquella aventura y la pillaban, la despedirían.

- Señorita ¿que tal la talla?

De repente el pestillo del probador, sono, y la puerta se balanceo dejadola entreabierta. Eva la empujó lentamente. Allí estaban David y Clara, vestidos y sonriéndole. La puerta se cerró tras ella. Clara pasó su brazo por su cintura y sus labios se posaron en su cuello. La besó con humedad y la piel de Eva se erizó como un volcán. David levanto su falda y deslizo sus braguitas. Ellá cerró los ojos, no quería ser consciente de lo que allí sucedia, solo era capaz de dejarse llevar. Todo sucedia en diminutos instantes. Clara posó la mano en su pecho, desbotonó la blusa.. y decidida deslizo su mano bajo el sujetador.



Su pecho era cálido, turgente, su mano lo acariciaba mientras lo contenía en ella, con sus dedos consiguió pellizcar uno de sus pezones.... notó como se endurecía y oprimia su mano. Un leve gemido desató los labios de Eva y David comenzó a lamerle el coño. Deslizo el sujetador hacia arriba y sus pechos se mostraron por la abertura de la blusa. Su cuerpo se arqueó y los labios de David se oprimieron sobre ella, su lengua se retorcía entre el deseo que se humedecía en ella a borbotones.

David se desabotonó el pantalón. Clara urgó en su bolso y le extendió su mano. Nervioso separó sus labios de entre los muslos de Eva y rompió la funda del condón con los dientes. Se le había puesto muy dura con el aroma y los gemidos de Eva.. Clara acercó sus labios al oido de Eva y le susurró que se dejase caer hacia atrás. Como una marioneta se dejaba guiar por aquellas palabras y por las manos de David. Levantó su pierna y Clara aprovechó para acariciarle el clitoris con firmeza. David comenzó a embestirla lentamente mientras Clara se giró para alcanzar la piel de sus tetas con sus labios. Los lamía con dulzura y en arrebatos de excitación, mordisqueba sus pezones. Eva no tardó en correrse mientras los brazos de Eva la abrazaban contra su cuerpo instantes después de que David se hubiese retirado.

Se balanceó hacia el cuerpo de David, le quitó el condón y comenzó a restregarse la erguida polla contra su rostro. Ahora él la acarciaba.. su pelo, sus mejillas, sus hombros.. la apretaba contra él.. y ella con sus manos le impedá que se moviese, era prisionero de su juguetona lengua. Hasta que fué el quien se corrió. La llenó de semen, la boca, las mejillas... Clara urgó de nuevo en su bolso y esta vez sacó un paquete de cleanex. Limpió con delicadeza el rostro de Eva y finalmente le dió un morreo largo y lascivo..

Eva se subió las braguitas y se arregló la falda. Salió del probador e instantes después lo hicieron David y Clara. Sus mejillas estaban rojas, aterrorizada porque los hubiesen oido, pero inesperadamente los labios de Clara de nuevo rozaron los suyos mientras se despedían...

Se calmó, miró a David y se alejó en busca de una nueva clienta que se acercaba hacia ella.

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