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lunes, febrero 9

Amote, desexame.

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Es mas tonta que guapa. Su culo ha crecido. Yace boca abajo tendida sobre las sábanas. Se ha quedado dormida. Feder después de follar con ella siempre se queda observándola.

Los números rojos del despertador silueteaban la 01:20. Sus ojos se detuvieron. Estar con ella lo mantenía excitado el resto de dias. Pero en cada después siempre le ocurría lo mismo, su conciencia despertaba. No había conversaciones. Solo había sexo al que ella maquillaba y al que el utilizaba. No quería alargar las noches. Se besaban y tocaban de un modo casi violento. Se envolvian en una ensoñación en la que los dos se evadian. El deseo fluía con total libertad.

Marian ama a Feder. A Feder le encanta follar con Marian. Pero por ambos transitan las mismas emociones. Furor que se desliza por la piel. Mariposas que invaden el estómago. Ella su sumisa acompañante. El su sumiso anhelo.

- Que hora é cariño? fiquei-me dormida
- Son casi las 2, deberías de irte.
- Apetece-me que me abraces toda a noite, não quero me ir.
- Marina, mañana he de madrugar.
- Follemos de novo se deseja-lo

Marina se giró sobre su costado. Su mano se abalanzó sobre el pecho de Feder. Bajó su mano y como tantas otras veces perdío su timidez. La vela aromática seguía consumiendose en una esquina de la habitación. En el ambiente se mezclaba el aroma de la pausa con la excitación que de nuevo comenzaba a engullir a Feder.

- Vêem meu amor, acariciame...

A penas se oían ruidos. Los movimientos de sus caricias fluian de piel a piel. Feder comenzó a acariciar sus piernas y de repente se detuvo. Sus dedos antojosos buscaron sus labios. Le encantaba el juego de humedecerlos.

- Desejo-te

Feder se abalanzó sobre Marina, estaba para pocas artes. Sus movimientos eran lentos. Aumentaba el ritmo a medida que ella gemía. El placer de ambos aumentaba.

- Cariño, põe-te ou preservativo
- No me jodas Marina.

Su sexo estaba cada vez mas húmedo y cada vez entraba mas dentro de ella.

- Meu amor, não.. ñao

Pero Marina al final se entregaba. Gemía y casi sin palabras le susurraba al oido de Feder...

- Amote

Mientras Feder derramaba su placer dentro de Marina, de los ojos de ella se desprendían las ácidas lágrimas de un sumiso amor. Hasta cuando. Lo amaba demasiado. Incluso para perdonarle.

5 comentarios:

Paco dijo...

Pasión y deseo,

Buen comienzo para este dia.

Texto curioso que refleja claramente en lo que se pueden basar algunas relaciones.

Un abrazo

SeaSirens dijo...

Cuando hay amor puro, la sumisión ante ciertos actos de tu "acompañante", es casi, a veces, completa.
Ella ama, él desea...
La pasión, es mútua, pero el amor...ay el amor! Nunca aman los dos por igual. Que lástima, verdad?

Buen reflejo, Vagalume!!

Besos!

Vintage dijo...

somos gilipollas
en serio q lo somos
muakkkkkkkkkkkkkkk

Maite dijo...

EN DOS PALABRAS: IM-PRESIONANTE...

Es total y crudamente real...

Me has dejado sin habla...

Mil besos...

P.D.: Si Bolero, mucho más que eso... tienes toda la razón.

bixen dijo...

Afrodita para griegos y Venus para los romanos, era la Diosa del Amor. Marina era Venus Marina y era una Diosa que idolatraban los navegantes Romanos.
La colocaban como mascarón en lo alto de la punta de la proa, pero su imagen era la primera en llevarse las hostias! Servía para lo que servía: por eso hay tantas vírgenes negras en la costa; se caían y flotaban durante meses, hasta que alguien la encontraba.
Titanic es una peli, pero me encantó. Le enseñó disfrutar de la proa y no la soltó.